viernes, 16 de julio de 2010

Cómo cambiará tu cuerpo después de dar a luz

¿Por qué me siento triste?

Después del parto puedes sentirte desde eufórica y feliz, hasta exhausta y deprimida. El parto es un esfuerzo grande y necesitarás descanso y apoyo para recuperarte.

Es común sentirse un poco desanimada y tristona las primeras dos semanas después del parto, debido a los cambios hormonales y el cansancio. Si la tristeza no desaparece espontáneamente después de las primeras semanas o te parece que te estás sintiendo peor en lugar de mejor, llama a tu médico. Puedes estar sufriendo depresión posparto.

Tengo dolores. ¿Es que sigo teniendo contracciones?

Tu útero creció mucho para acomodar a tu bebé. Unos minutos después del nacimiento, las contracciones hacen que tu útero comience a reducirse, apretándose como un puño. Esto puede hacer que sientas los calambres conocidos como entuertos o dolores de posparto. Estos dolores también aparecen cuando estás amamantando a tu bebé porque liberas una hormona llamada oxitocina, que hace que el útero se contraiga.

¿Por qué sangro?

Después del nacimiento del bebé, las células que forman el recubrimiento del útero comienzan a desprenderse. Esto produce un flujo que se llama loquios y que dura unas semanas. Durante los dos a cuatro primeros días los loquios contienen una gran cantidad de sangre y por eso tienen una apariencia rojo oscuro, similar a una menstruación. Poco a poco adquieren un color más claro, se tornan más rosados, y finalmente se vuelven blancos o blanco amarillento. La cantidad disminuye con el tiempo hasta que se detiene. Generalmente, hacia las seis semanas después del parto, el sangrado debería haberse terminado. Llama al doctor si sigues teniendo sangrado abundante.

¿Cómo cambiarán mis pechos?

Inmediatamente después del parto tus pechos aún estarán suaves, porque sólo contienen calostro, una sustancia amarillenta muy nutritiva que es lo primero que come tu bebé.

Los cambios hormonales después del parto harán que tus pechos comiencen a producir leche. De dos a cuatro días después del parto, te bajará la leche. Tus pechos se pueden poner duros, hinchados y adoloridos. Lo mejor que puedes hacer para aliviarte es amamantar al bebé con frecuencia. Al principio tus pezones estarán muy sensibles y es posible que te duelan los primeros 10 a 20 segundos de dar el pecho, pero después de los primeros días el dolor debería desaparecer. Si te siguen doliendo, es posible que necesites cambiar la posición en que le das el pecho a tu bebé para que agarre mejor el pezón. Aquí encontrarás una guía visual de distintas posiciones para dar el pecho.

¿Por qué no me doy cuenta cuándo necesito orinar?

Es posible que sientas como si no tuvieras ganas de orinar demasiado durante el primer día después del parto, en especial si has tenido un trabajo de parto prolongado, un parto vaginal asistido con fórceps o ventosa, o una anestesia epidural. Esto es bastante común y se debe a que tu vejiga está menos sensible temporalmente. Sin embargo, debido a todo el líquido extra que están procesando tus riñones, tu vejiga se llena muy pronto y por ello es importante que orines con frecuencia aún cuando no sientas urgencia.

Si se acumula demasiada orina en tu vejiga, es posible que te sea difícil llegar al baño sin que se te escapen gotitas. Pero lo más importante es que tu vejiga podría distenderse en exceso. Esto puede causar problemas urinarios y también hace más difícil la contracción del útero, lo cual produce más dolores de posparto y sangrado.

Si no puedes orinar durante algunas horas después del parto, te colocarán un catéter en la vejiga para drenar la orina. (Si el parto fue por cesárea, te colocarán un catéter urinario para la cirugía y las 12 horas después aproximadamente.) Avísale a la enfermera si tienes dificultad para orinar o si orinas solamente una cantidad pequeña. Si tu vejiga se llena demasiado puede incluso llegar a impedirte orinar.

¿Cuánto peso bajaré después de dar a luz a mi bebé?

Bajarás una cantidad de peso importante inmediatamente después del parto. La mayoría de las nuevas mamás bajan unas 12 libras (5 1/2 kilos): 7 a 8 libras que pesa el bebé (3 a 3 1/2 kg), otra libra o dos de la placenta (1/2 a 1 kg), y otras 2 libras (1 kg) aproximadamente de sangre y líquido amniótico.

Después irás perdiendo peso poco a poco porque tendrás que eliminar todo el líquido extra que las células retuvieron durante el embarazo, junto con el líquido proveniente del exceso de sangre que tenías en tu cuerpo. Debido a esto producirás más orina de lo normal durante los días posteriores al nacimiento, y es posible que notes que transpiras mucho, aún mientras duermes. Al terminar la primera semana, habrás bajado alrededor de 4 libras (1,8 kg) de peso en líquido. (La cantidad varía según la cantidad de líquido que hayas retenido durante el embarazo.)

Pero necesitarás más tiempo para volver a tu peso y forma de antes del embarazo, a veces hasta un año. Amamantar, llevar una dieta saludable y hacer ejercicio cuando tu cuerpo este preparado te pueden ayudar a bajar de peso gradualmente.

¿Por qué estoy perdiendo el cabello?

Si tu cabello se volvió más grueso durante el embarazo, es posible que se te empiece a caer en mechones. Esto les sucede a algunas nuevas mamás alrededor de uno a cuatro meses después de tener a su bebé.
No te preocupes: no te quedarás calva. Así como los altos niveles de estrógeno te hicieron perder menos cabello durante el embarazo, la disminución de los niveles de estrógeno después del parto puede hacer que se te caiga más. No obstante, será reemplazado por cabello nuevo, y la caída se detendrá, de modo que tu cabello debería volver a la normalidad al cabo de un año. El lado bueno de esto es que si sufriste de exceso de vello facial y corporal durante el embarazo (como consecuencia del aumento de las hormonas llamadas andrógenos), puedes esperar que ese vello se caiga de tres a seis meses después de tener a tu bebé.

¿Qué le sucede a mi piel?

Los cambios hormonales, el estrés, y la fatiga que trae la nueva maternidad pueden afectar tu piel, así como el resto de tu cuerpo. Algunas mujeres que tenían una piel perfectamente limpia durante el embarazo tienen más imperfecciones en los meses posteriores al parto. Por otro lado, si tuviste acné durante el embarazo, en particular si se presentó por primera vez o si empeoró, es posible que ahora comiences a ver algunas mejoras.

Si tienes cloasma (manchas oscuras en la piel de los labios, la nariz, las mejillas, o la frente), comenzará a desaparecer en los meses posteriores a dar a luz y probablemente desaparezca por completo, siempre y cuando protejas tu piel del sol. Si te salieron estrías en el vientre, los pechos o las caderas, se volverán más claras poco a poco, aunque no desaparecerán completamente.

¿Volverán alguna vez a la normalidad mi vagina y perineo?

Una vez que des a luz, el espacio dentro de tu vagina siempre será un poco más grande que antes del primer embarazo. Inmediatamente después del parto, la vagina queda distendida y puede estar inflamada y con moretones. Durante los días siguientes, la inflamación comienza a disminuir, y la vagina comienza a recuperar el tono muscular. Durante las siguientes semanas, gradualmente se volverá más pequeña.

Si tuviste una episiotomia o un desgarro, el perineo necesita tiempo para recuperarse, de modo que es una buena idea esperar hasta después del control posparto de las seis semanas para volver a tener relaciones sexuales. Además, es posible que tengas ciertas molestias incluso después de ese periodo, por lo tanto, asegúrate de ir despacio. Considera empezar poniéndote arriba de tu pareja o recostándote al lado para que puedas controlar la profundidad de la penetración. En todo caso, si sientes que la relación es dolorosa, espera un poco más. (Si quieres hacer el amor, ¡puedes encontrar otras formas mientras tanto!)

Cuando comiences a tener relaciones sexuales otra vez, probablemente notes que tienes menos lubricación vaginal que cuando estabas embarazada, debido a los menores niveles de estrógeno. Esta sequedad será incluso más pronunciada si estás amamantando, porque la lactancia tiende a mantener bajos los niveles de estrógeno. El uso de un lubricante (en general los encontrarás cerca de los preservativos o los tampones y toallas higiénicas en las farmacias) ayuda a reducir la incomodidad. Asegúrate de utilizar un lubricante a base de agua. Esto es particularmente importante si estás usando un método anticonceptivo de látex, ya que los lubricantes a base de aceite pueden debilitar el látex y hacer que se rompa el condón.

No hay comentarios:

Publicar un comentario